La Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública del Chaco (APTASCH) manifestó su “profundo rechazo al decreto 1209/21”, afirmando que “evidencia una gran falta de previsión y de visión por parte del Gobierno”
Desde la entidad gremial expresaron que “tomando en consideración la situación epidemiológica y la demanda extraordinaria de camas de terapia intensiva, el gobierno decide establecer un valor diferenciado de la hora de guardia para médicos, kinesiólogos, licenciados y enfermeros de las unidades de terapia intensiva”.
“Sin dudas que todos los trabajadores que atienden las terapias intensivas desbordadas de pacientes COVID merecen todo el reconocimiento por su labor, también el monetario. Pero este decreto evidencia una gran falta de previsión y de visión por parte del Gobierno”.
Agregaron al respecto que “hace casi dos meses que la segunda ola de la pandemia empezó a elevar su cresta, y recién ahora el gobierno decide tomar una medida para supuestamente sostener, fortalecer o reconocer a los profesionales que prestan servicio en UTI; es una medida que es escasa y tardía, y también desnuda la falta de visión de este gobierno y este ministerio acerca de la relevancia del equipo de salud, sobre todo en este contexto de pandemia”.
“Por eso es que este decreto genera mucho malestar entre distintos grupos de trabajadores que también soportan la sobrecarga de tareas en esta difícil coyuntura, que están en permanente contacto con pacientes COVID, realizando evaluación, diagnóstico o atención, todo un sistema sobrecargado de horas y de tareas al ampliarse todo el tiempo las áreas de los hospitales destinadas a la atención de la pandemia, que si no funcionase en alguna de sus actividades repercutiría gravemente en la atención general de la pandemia”.
“Valga como ejemplo: cuando los laboratorios decidieron en el marco de medidas de fuerza en el mes de marzo, demorar la carga de los informes de COVID en el sistema de registro epidemiológico los días de paro, el ministerio de Salud reaccionó de manera alterada, amenazando con acciones legales contra los jefes de laboratorios. Esta anécdota sirve para ejemplificar cómo el ministerio percibió la importancia de una actividad en particular dentro del abordaje de la pandemia, pero esa percepción sólo le impulsó a presionar en un contexto de conflicto, pero no a pensar en la necesidad de un estímulo o reconocimiento, como en el caso de las demás actividades que sufren hoy la tensión y sobre exigencia del sistema”.
“En conclusión, rechazamos este incremento selectivo y limitado que sirve menos de estímulo y mucho más genera tensiones, enojo y repudio de amplios sectores de trabajadores, minando la labor del equipo de salud”, finalizaron.