Desde la Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública del Chaco (APTASCH), celebramos el centenario del nacimiento de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), y la fecha nos insta a seguir ratificando la importancia de la organización en pos de la defensa de los trabajadores.

La OIT fue fundada el 11 de abril de 1919, a instancia de la Conferencia de Paz de Paris, e incluida en el tratado de Versalles que terminó con la Primera Guerra Mundial. Está conformada por un gobierno tripartito, constituido por gobiernos, sindicatos y empleadores. A raíz de su profundo trabajo en reformar las condiciones de trabajo en todo el mundo, recibió el premio Nobel de la Paz en 1969.

Actualmente actúa en 187 países, y desde su constitución dejó manifestada su convicción de que la justicia social es esencial y necesaria para alcanzar la paz, y está motivada por sentimientos de justicia y humanidad.

Entre algunos de los logros que tuvo la OIT, reglamentó las horas de trabajo, la contratación de mano de obra, la prevención del desempleo, el suministro de un salario digno, el reconocimiento de la libertad sindical y la pensión por vejez.

En la Argentina, el rol de las organizaciones sindicales en el marco de lo establecido por la OIT ha sido clave para alcanzar conquistas laborales, primero a partir de la participación política de los sectores de la clase media y de los trabajadores, logrado en el gobierno de Yrigoyen, y luego con el desarrollo en ascenso en las luchas de las clases obreras.

En 1957, la reforma constitucional incorpora el Artículo 14 bis, símbolo e ícono fundamental de la defensa de los trabajadores, cuya redacción estuvo a cargo de Crisólogo Larralde, y contiene tres párrafos donde se resumen los derechos consagrados a los ciudadanos en materia laboral: en el primero, se enumera los derechos del trabajador asegurándoles condiciones dignas y equitativas, jornadas limitadas, descanso, vacaciones pagas, salario mínimo vital y móvil, igual remuneración por igual tarea, participación en las ganancias, organización sindical libre y democrática, protección contra el despido arbitrario, estabilidad del empleado público.

En el segundo punto, los derechos gremiales otorgándoles el poder de concertar convenios colectivos de trabajo, la conciliación y el arbitraje, el derecho a huelga, las garantías para el cumplimiento de la gestión sindical y la relacionada con la estabilidad laboral del sindicalista.

Finalmente, en el tercero, los derechos a la seguridad social con la obligación del estado de garantizarlos siendo estos integrales e irrenunciables, las jubilaciones y pensiones móviles, la protección integral de la familia y la defensa de sus bienes y el acceso a la vivienda digna.

En el contexto actual, la importancia de la OIT y de todas las organizaciones que defendemos los derechos del trabajador cobran particular relevancia, ante situaciones de atropello, vaciamiento e indiferencia de los gobiernos de turno.

Por ello, en este centenario de la fundación de la OIT, desde APTASCH destacamos su labor, y somos firmes defensores de sus principios, para lograr el pleno ejercicio de todos sus derechos a los trabajadores.

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