Por Ricardo Matzkin. Secretario General de la Asociación de Profesionales, Técnicos y Auxiliares de Salud Pública del Chaco (APTASCH).

Desde hace mucho tiempo, años podría afirmar, desde APTASCH venimos sosteniendo una lucha en contra del vaciamiento y desguace de la salud pública y en defensa de los trabajadores, principales afectados del ajuste del Gobierno provincial.

Uno de los momentos más críticos de esta lucha es cuando se presenta el proyecto de Presupuesto, ya que nos da las pautas de lo que será el futuro y de que cosas de las cuales debemos empezar (o seguir) a preocuparnos.

La salud pública es sin duda una NO prioridad del Gobierno del Chaco, y eso se plasma en las acciones del día a día, y sobre todo, en el Presupuesto.

Veamos. Para el ejercicio 2019, el Gobierno pretende tener un nivel de recursos del orden de los casi 81 mil millones de pesos, lo que implica un incremento, respecto a 2018, del 42,5%.

A priori, una noticia a rescatar. Pero al continuar el análisis, empieza la preocupación. En primer lugar, a pesar de que los recursos se incrementan en ese 42,5%, las erogaciones, es decir, los gastos del Gobierno, crecen en un 32,8%, dando ya un gran adelanto de lo que será el ajuste que se viene.

En ese sentido, la salud pública tiene una aún peor noticia: el incremento de los gastos en este rubro alcanza apenas el 30,8%, es decir, menos que el total de gastos de la provincia, y muy, pero muy por debajo de la inflación, que se espera terminar este año en más de 40 puntos.

Esta merma se explica también en otro tipo de análisis: en el 2018, la participación de Salud Pública en el total de presupuesto fue del 10,3%, pero en el 2019, será de 10,2%. ¿Merma casi insignificativa, dirían algunos? No, todo lo contrario. Es seguir profundizando la crisis del sistema sanitario, y en lugar de dotarlo de fondos, se lo sigue castigando, y por consecuencia directa, castigando a trabajadores y a los usuarios de la salud pública, que son miles y miles de chaqueños, principalmente los más vulnerables. Recordemos que durante el gobierno de Capitanich se sancionó la Ley de Financiamiento de Salud Pública, la cual establecía que para el año 2012 el presupuesto del sector debía llegar al 12%!

Sigamos observando más datos: el proyecto de Presupuesto 2019 establece un incremento de recursos para Bienes de Consumo de Salud Pública de 16,8%. Visto desde un escenario de inflación de casi 40%, la consecuencia es que se podrá comprar menos cantidad de insumos y medicamentos para un sistema sanitario que ya sufre déficit en este sentido.

¿Más? El proyecto de Presupuesto 2019 establece las erogaciones de capital para salud será de poco más de 107 millones de pesos. Recordemos que las erogaciones de capital posibilitan, en este caso, la compra de maquinaria y equipamiento, elementos esenciales para la atención y que escasean en la provincia. Esa cantidad de fondos asignados no alcanza ni siquiera para una reposición mínima del equipamiento obsoleto, y no podremos tener nuevo equipamiento para la red sanitaria. Sigue el desguace.

Y por último, las obras de infraestructura planificadas para el 2019 serán solamente para cuatro hospitales de la provincia, que representan un paupérrimo 2% del monto total estimado para obras.

Le decimos NO al Presupuesto del ajuste.

¿A alguien le queda dudas que al Gobierno no le interesa la salud pública?

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